Investigación

Las principales investigaciones de Arkeolan se centran en el conocimiento de la Edad Oscura de Vasconia; un período hermético que discurre entre el desmantelamiento del imperio romano, siglo V, y la primera cita documental sobre el territorio de Gipuzkoa que data del año 1025. En nuestro plan de investigación, los testimonios romanos se consideran una referencia de partida para localizar evidencias cronológicamente posteriores. Por otro lado, las 27 villas medievales guipuzcoanas, fundada la primera – San Sebastián – en el año 1180 y la última  –Villarreal- en 1383,  contaban con núcleos de población previos a la sanción real y a la carta puebla. Este panorama ofrece la posibilidad de identificar los testimonios de las ocupaciones primitivas y alcanzar, desde los límites cronológicos más modernos, los desconocidos tiempos altomedievales.

Lo cierto es que el trabajo realizado ha dado sus frutos y, hoy en día, la cadena histórica de Gipuzkoa cuenta con eslabones que atan todos los períodos. Siguen siendo problemáticos –por poco conocidos- los tiempos que discurren entre los siglos V y X, pero ya no es el agujero negro de hace unas décadas.

Ejemplos de investigación más representativos

La aglomeración urbana de Oiasso
Oiasso es el acontecimiento arqueológico más importante del panorama guipuzcoano de finales del siglo XX. De la nada, ha emergido una ciudad cuya superficie urbana se evalúa entre 12 y 15 hectáreas. Las intervenciones arqueológicas han permitido identificar el emplazamiento de la ciudad vascona de Oiasso en el casco histórico de la actual ciudad de Irun. La actividad de este asentamiento romano se centraba en un magnífico puerto de gran actividad entre los años 70 y 200 de nuestra era. Los descubrimientos en torno a la Parroquia de Santa María del Juncal, en la necrópolis de la Ermita de Santa Elena, en el entorno minero de Aiako Harria, y en el puerto romano de calle Santiago y Tadeo Murgia, han sido el germen para la formalización del actual Museo romano Oiasso, inaugurado en 2006. Los testimonios reconocidos en Oiasso corresponden –hasta la fecha- exclusivamente a la aglomeración urbana romana de los siglos I al V. Se establece, por lo tanto, la necesidad de indagar en el asentamiento vascón previo al romano y en el asentamiento posterior al que se trasladaron los ocupantes de la Oiasso romana. Es lo que hemos definido en nuestro plan de investigación como Oiasso antes y después de Oiasso.
La minería romana
En las inmediaciones de la aglomeración urbana de Oiasso se han reconocido importantes vestigios de minería de plata, cobre y hierro del período altoimperial. Las explotaciones se asocian a la aureola metamórfica del macizo granítico de la Peña de Aia que se extiende por los términos municipales de Irun, Oiartzun (Gipuzkoa), Bera y Lesaka (Navarra). Son decenas las unidades mineras romanas descubiertas en los últimos años, ofreciendo una variada tipología de trabajos que incluye galerías de prospección, de tránsito y de explotación, chimeneas, pozos, planos inclinados y soluciones de drenaje destacadas, como el acueducto subterráneo o cuniculus del coto minero de Arditurri. La extensión de la actividad extractiva en la Peña de Aia permite plantear la existencia del distrito minero romano de Oiasso. Los estudios de la minería antigua se han extendido también a otros cotos mineros abandonados de Gipuzkoa en colaboración con la sociedad Félix Ugarte, dedicada al estudio del patrimonio subterráneo. En la sierra de Aralar se han descubierto minas de cobre de la Edad del Bronce en las que se han reconocido, además, evidencias de explotación del período romano.
Las poblaciones de villazgo
Los años de experiencia y dedicación a la arqueología urbana se traducen en un nivel de conocimiento detallado sobre las 74 villas medievales de Gipuzkoa, de Álava y de Bizkaia. Esta línea de investigación permite, por ejemplo, disponer de un banco de datos que establece una tipología para definir los elementos sobresalientes de la arquitectura defensiva de las villas medievales guipuzcoanas. Las líneas prioritarias de investigación en este campo se centran en el estudio y conocimiento de los fosos inundados, cavas o mincavas. Arqueológicamente, los fosos inundados se presentan como una acumulación, de hasta 3 m de espesor, de sedimentos oscuros, muy limosos y saturados de agua; esta última condición, junto con la falta de oxigeno, ha permitido la conservación de materiales orgánicos que, por lo general, están ausentes en los registros arqueológicos; es el caso de objetos de madera, de cuero, semillas o vegetales; por otra parte, los fosos –por lo que se deduce de los ajuares recuperados- eran usados como vertederos para los residuos domésticos. Estas circunstancias permiten valorar los espacios señalados entre los que mejores expectativas ofrecen para el conocimiento de la vida urbana bajomedieval.
Los castella
Desde el año 2008 se vienen sucediendo diversas actuaciones arqueológicas encaminadas a reconocer los testimonios del hábitat que continuó la ocupación de Oiasso, tras el abandono de este asentamiento urbano en el siglo V. Por los modelos históricos disponibles, al abandono de Oiasso seguiría la ocupación de un lugar del entorno mejor dotado defensivamente para las condiciones del momento. Los castillos, castella, heredan en ese contexto el papel de los núcleos urbanos abandonados, siendo los ejes ordenadores del territorio bajo su control. Estos castella darán paso en la baja edad media a las villas o burgos a los que trasladarán su autoridad. En el entorno del área urbana de Oiasso se conocen documentados dos castillos en tiempos medievales, el de Beloaga y el de Hondarribia; ambos pasaron a dominio castellano en el año 1200 como cuenta Ximenez de Rada. El de Beloaga se ha identificado tradicionalmente con los restos existentes en las Peñas de Arkale, aunque investigaciones más recientes han probado que esos restos corresponden a una fortificación del siglo XVIII e incluso de época posterior. Por ello, la consideración de Beloaga y su entorno ha sido redimensionada. Se ha partido de una realidad que constata la existencia de elementos constructivos de tipo defensivo en las peñas de Arkale, en la colina de Peluko torrea y en la de Trapada, quedando en la retaguardia y a cota superior sobre ellos la cima del monte Urkabe. En estos enclaves se han realizado trabajos de prospección, destacando los resultados obtenidos en la cima de Urkabe donde de los sondeos se pasó a la excavación de una amplia superficie de terreno. Las dataciones por C14 del laboratorio de la Universidad de Uppsala sobre muestras recuperadas en esa intervención se refieren a los siglos III y IV AD, confirmándose la hipótesis de la ocupación bajoimperial del enclave de Urkabe.
Arqueología de montaña
En el macizo de Aizkorri, en el período comprendido entre 1988 y 2001, establecimos una serie de modelos de ocupación que tiene relación con la actividad pastoril. No son testimonios que destacan por sus aspectos de arquitectura monumental o por sus ajuares espléndidos, pero tienen el valor de cubrir las etapas menos conocidas de nuestra Historia. Son fondos de cabaña de los siglos tardoantiguos y altomedievales junto con otros de época romana, del calcolítico, la Edad del Bronce o la Edad del Hierro, que en ocasiones aparecen agrupados formando majadas de cierta complejidad. Estos modelos se repiten en otras zonas montañosas como hemos podido comprobar en la sierra de Aralar o en el macizo de Izarratiz. La Arqueología de montaña o del pastoralismo cubre el extenso periodo cronológico que oscila desde el Neolítico hasta nuestros días. Una evolución que posibilita para el territorio de Gipuzkoa, establecer series arqueológicas de unos 6000 años.
Las instalaciones paleosiderúrgicas
Los estudios sobre ferrerías hidráulicas nos han permitido elaborar un catálogo de los restos arqueológicos conservados en Gipuzkoa y valorar patrimonialmente sus ruinas. Los trabajos realizados en la ferrería de Agorregi han sido, sin duda, determinantes a la hora de concebir las investigaciones sobre este tipo de instalaciones y, a través de ellas, enlazar con sus precedentes siderúrgicos. En estos precedentes se encuentran las ferrerías no hidráulicas, las haizeolas de las que hemos obtenido registros que se remontan al siglo X. Igualmente en los últimos años hemos podido reconocer indicios de los primeros establecimientos hidráulicos, del siglo XIV, cuando parece se produjo su expansión en Gipuzkoa y el abandono de las no hidráulicas, las de omes (hombres) que citan las fuentes aludiendo a su carácter manual. El estudio arqueológico de la siderurgia guipuzcoana, tanto hidráulica como no hidráulica, permite también cruzar la etapa oscura. Estamos convencidos que nos permitirá enlazar con el mundo romano y prerromano. www.ferreriasgipuzkoa.com
Los estudios cerámicos
Para la clasificación de los fragmentos cerámicos recuperados en las intervenciones arqueológicas, la Fundación Arkeolan emplea la tipología de clasificación cerámica desarrollada por el Museo de Londres, a partir de las pautas de clasificación estratigráfica de la Harris Matrix System. Para la trasmisión de esta metodología se formalizó en 1997 el proyecto Caesar integrado por los equipos del Museo de Londres, del Servicio Regional de Arqueología de Aquitania y del Centro de estudios Arkeolan. En lo relativo a las colecciones de cerámica romana Lorea Amondarain realiza una tesis doctoral, dirigida por los doctores Ángel Morillo de la Universidad Complutense y Mertxe Urteaga; lleva por título Las cerámicas romanas en Oiasso (Irun, Gipuzkoa).
Las pipas de arcilla

La frecuencia con que aparecen pipas de arcilla en yacimientos o niveles postmedievales convierten a este tipo de piezas en uno de los instrumentos más útiles para la investigación arqueológica de dichos registros. Para cubrir el vacío que existía en nuestro entorno, respecto al estudio de dichas piezas, Arkeolan publicó en 1999 un catálogo integrado por 340 fragmentos de pipas halladas en Gipuzkoa. Se trataba de la primera publicación de este tipo en el marco peninsular, pionera para facilitar la identificación y datación de ejemplares posteriores. A esta labor divulgativa se le sumó la creación de una página Web con proyección internacional ya que gran parte de las pipas aparecidas en Gipuzkoa proceden de Holanda, Inglaterra y Francia. Una información rigurosa pero asequible para el público en general, abordando entre otros aspectos su número, cronología y marcas de fabricantes identificados. En la actualidad las investigaciones siguen su curso mediante el estudio de los nuevos hallazgos que se producen.

www.pipasgipuzkoa.com

Dendroarqueología y Dendroclimatología
La actual posibilidad de establecer dataciones dendrocronológicas no sería posible sin los trabajos de investigación dendroarqueológica realizados previamente. En resumen, la investigación consiste en la elaboración de una cronología maestra o de referencia partiendo de árboles vivos viejos y posteriormente ir enlazando sus series de anillos con las de otras maderas más antiguas pero que comprenden un período de solapamiento común. Por lo tanto, la búsqueda y análisis de madera cada vez más antigua es una de las prioridades de la investigación dendrocronológica. Para ello se estudia toda muestra potencialmente vieja, sea madera utilizada en construcción, mobiliario, barcos o recogida en excavaciones arqueológicas. Mediante este procedimiento es como se ha conseguido referenciar el crecimiento del roble en el norte de la península para los últimos 700 años aproximadamente. La Dendroclimatología es la aplicación más conocida de la Dendrocronología junto con las dataciones. Su objetivo es reconstruir la variable climática determinante del crecimiento, sea ésta la temperatura o la precipitación. La Dendroclimatología se ha convertido en una ciencia indispensable en el estudio del paleoclima. Las reconstrucciones obtenidas permiten extender el registro climático hacia atrás en el tiempo y, por lo tanto, ofrecer un marco temporal más amplio que el establecido por los registros instrumentales de los observatorios meteorológicos, aportando datos fiables acerca del clima de períodos históricos para los que no se dispone apenas de información. Esta nueva perspectiva a la hora de analizar las estadísticas de variabilidad climática puede ayudar a comprender los cambios climáticos ocurridos en el pasado, así como diferenciar entre la variabilidad climática natural y la influenciada por la actividad antrópica. En este campo, el laboratorio de Arkeolan ha llevado a cabo diferentes estudios mediante los cuales ha sido posible realizar reconstrucciones con resolución anual de diferentes parámetros climáticos, como las precipitaciones de verano o las temperaturas de invierno para los últimos 400 años en la región de la Montaña Alavesa.