Equipamientos Culturales

Arkeolan ha  realizado descubrimientos destacados que, ante la ausencia de un museo arqueológico territorial, han sido socializados con fórmulas alternativas. La rehabilitación de la ferrería de Agorregi, en el parque de Pagoeta (Aia), con sus etapas de investigación, reconstrucción y puesta en funcionamiento constituye la primera de la serie de experiencias de este tipo. A Agorregi le han seguido, la puesta en valor de las instalaciones del manantial salino de Leintz Gatzaga que ha derivado en la dotación del  Museo de la Sal; la recuperación del edificio de la ermita de San Martín de Iraurgi, en Azkoitia,  y la formalización de las exposiciones permamentes relativas a la identidad del lugar; la habilitación del espacio museístico de Fandería, en Rentería, la contribución al proyecto de apertura al público de las minas de Arditurri y la promoción del Museo Oiasso de Irun, sin duda el proyecto más completo de los que ha promovido Arkeolan. A esta relación hay que sumar el descubrimiento de la muralla y torre medieval de Arrasate que sirvió de embrión para la formalización de la sala de exposiciones Harresi y la construcción de la cripta arqueológica de la iglesia parroquial de San Salvador de Getaria.

Líneas de intervenciones más significativas
La rehabilitación de la ferrería de Agorregi. Aia (1991-1999)

Arkeolan se encargó de estudiar las ruinas e interpretarlas, concluyendo que se trataba de un ejemplo único de ferrería hidráulica por contar con una doble antepara para suministro de agua a los fuelles y al mazo. El proyecto era obra de, Francisco de Ybero, y se construyó en 1754. La Diputación Foral de Gipuzkoa, propietaria de la ferrería, solicitó a Arkeolan que redactará el proyecto de reconstrucción. La instalación finalizó en 1991 y al poco se abrió al público. En 1995, 1996 y 1999, Arkeolan promovió un programa de arqueología experimental con un equipo internacional dirigido por Peter Crew que consiguió volver a elaborar hierro, recuperando los métodos originales de las ferrerías. Todo el proceso de trabajo y los resultados obtenidos en Agorregi han sido publicados por la Diputación de Gipuzkoa en dos volúmenes:

Volumen I. La ferrería y los molinos de Agorregi, Aia, Gipuzkoa: Historia de una restauración.

Volumen II. ferrería y los molinos de Agorregi, Aia, Gipuzkoa: Arqueología experimental .

En una intervención realizada en 2001, en el solar de Iturrioz 25, se comprobó que la muralla corría paralela a la fachada de Zerkaosteta, retranqueada a una distancia de tres metros y medio. Había conservado una longitud y una altura de cinco metros, sirviendo de apoyo en su coronación al forjado de la planta primera del edificio.

El Ondarelekua de San Martín de Iraurgi. Azkoitia (1993-1999)
El edificio actual de la ermita de San Martín es resultado de una serie de actuaciones realizadas en los siglos XIX y XX, siendo la más importante la efectuada en 1942, por la que se convierte en sanatorio antituberculoso para hacer frente a las necesidades sanitarias de la posguerra. Luego sirvió de sede a viviendas de empleados municipales quedando vacío a principios de los ochenta del siglo pasado. Arkeolan elaboró un primer proyecto de cubrición de las terrazas para recuperar las líneas tradicionales del edificio que se llevó a cabo a mediados de los 90. También se encargó de las excavaciones del interior (1993-1996) y, a la vista de los resultados, de elaborar las unidades temáticas y la exposición permanente del lugar, convertido en un pequeño museo de sitio. Se inauguró en junio de 1999.
Recuperación del molino de Fandería. Errenteria (1995-2003)
En el año 1995 en el marco de la remodelación urbanística de la zona, Arkeolan realizó un estudio de evaluación patrimonial de los bienes inmuebles. En el mismo se identificaron las ruinas de una antigua laminación hidráulica, llamada fanderia que se edificó a finales del siglo XVIII. Los restos se habían integrado en una fábrica de harinas de la que se mantenían cuatro pares de piedra y un mecanismo complejo accionado desde una turbina. La fábrica de harinas había dado paso a una fábrica de piensos cuyo derribo tuvo lugar al aprobarse el plan urbanístico destinado a edificar varios bloques de viviendas. El derribo se hizo de forma cuidadosa, manteniéndose el elemento nuclear con la maquinaria de molienda. Luego se reformó para albergar un pequeño restaurante y un pequeño museo monográfico sobre la historia de la laminación en el que se volvieron a poner en funcionamiento las piedras de moler con sus engranajes originales.
Cripta arqueológica de la parroquia de San Salvador de Getaria (1996-1997)
La habilitación de la cripta comenzó en 1996, a propósito de las investigaciones arqueológicas que acompañaron las últimas obras de rehabilitación de la parroquia con motivo del 750 aniversario de la reunión de formalización de la Hermandad de Gipuzkoa que tuvo lugar en el templo en el año 1397. En esta intervención se pudo comprobar que existía un panteón funerario colectivo ocupando toda la planta del edificio. El panteón había cubierto los restos de los edificios anteriores al actual, sus necrópolis y también los restos de la muralla que envolvía la villa. A la vez que las excavaciones se preparó un pasillo para visitar el subsuelo y, en 2002, se redactó el proyecto de acondicionamiento de la cripta. Esta inciativa se integró en un programa europeo en el que, junto a la Diputación Foral de Gipuzkoa, participaron la universidad de Florencia (Italia), el museo de Conimbriga (Portugal), el Comune de Lucciana (Córcega) y ARKEOLAN. Los trabajos de habilitación se prolongaron hasta el año 2005. En la cripta se han musealizado: Los sedimentos de tierra corresponden al asentamiento romano. Las tumbas de la necrópolis de lajas que se extendía alrededor de la primera iglesia, siglos X-XII La fachada que daba al mar del templo donde se reunieron, el 6 de julio de 1397, los representantes del territorio, formalizándose la Hermandad de Gipuzkoa. La cimentación de la muralla que defendía el burgo medieval. Las hileras de tumbas familiares correspondientes al panteón comunitario que se abandonó en el siglo XIX.
El museo romano Oiasso. Irun (1996-2006)
En 1996, el ayuntamiento de Irun a la vista de la importancia de los testimonios descubiertos en el puerto de la calle Santiago trasladó a Arkeolan el encargo de redactar un anteproyecto de museo romano. Tras barajarse varias sedes se eligió el edificio de las antiguas escuelas de Juncal situado en la calle Escuelas; una construcción neoclásica, precariamente conservada, pero con garantías de rehabilitación para albergar el museo. Ese mismo año de 1996, en el solar colindante, Arkeolan había descubierto los restos de las antiguas termas de la ciudad romana. Al anteproyecto le siguió el proyecto básico y luego el proyecto de ejecución. Las obras, asumidas por el ayuntamiento, comenzaron en el 2002 y en el 2005 se instalaron las colecciones y la exposición permamente. En julio de 2006 se abrió al público gestionado a través de una UTE en la que se integran la empresa que se encargó de la museografía K6 y Arkeolan.
Proyecto del museo de la sal, Eugenio Otsoa. Leintz-Gatzaga (1992)
Cuando en 1990, el ayuntamiento tuvo la idea de derribar las instalaciones de la Fábrica de Sal para construir un nuevo edificio dedicado a museo, Arkeolan consiguió convencer a los promotores del interés de conservarlas y recuperarlas para que sirvieran a esos fines. Conocían bien el lugar pues llevaban trabajando en el entorno desde hacia años. El ayuntamiento poco a poco fue rehaciendo muros y tejados, recuperando caminos y eliminando escombros. En 1992, Arkeolan desescombró el pozo salino y en 1996 presentó el proyecto de construcción de la máquina elevadora de agua salada, el patenotre que se ha convertido en la seña de identidad del enclave. Para su construcción fue preciso rehacer la presa que embalsaba el agua, recuperar los canales y construir la rueda motriz y el rosario de canjilones. Las obras terminaron en 1999.
El coto minero de Arditurri y su centro de interpretación. Oiartzun (1983-2010)
En Arditurri los primeros reconocimientos arqueológicos datan del año 1983, cuando las explotaciones mineras se encontraban en activo. Entonces se hizo un primer catálogo de minería romana que contaba con 9 galerías. En el año 2002, con la declaración del Parque Natural de Aiako Harria, Arditurri –por su situación, junto a una de las entradas principales del parque- fue objeto de una atención especial. En esos años se retomaron las exploraciones en colaboración con los espeleólogos de la sociedad Felix Ugarte. Entre los resultados de esta colaboración sobresalen los trabajos en la mina de Arditurri 20 que fue elegida para ser abierta al público. Arkeolan y Felix Ugarte se responsabilizaron de contactar con las ingenierías preparadas para proyectar las obras de habilitación y, una vez finalizadas éstas, de dotar de contenidos al proyecto. La mina, abierta al público en el año 2008, cuenta, además de un recorrido básico, con una visita de aventura que sigue los pasos de los arqueólogos y los espeleólogos en el proceso de investigación de la minería romana. www.arditurri.com