Hoy 10 de febrero, de madrugada, se ha apagado la larga e intensa vida de una persona excepcional que, entre otras facetas, cultivó la Historia y la Arqueología.
La trayectoria vital de Jaime, al igual que la de sus antepasados, ha tenido como centro de operaciones el Irun natal. Desde aquí ha oteado el horizonte con amplia y ambiciosa mirada que le ha hecho guipuzcoano de mundo. Y un gran activista, poniendo su ingenio y preparación en diversos negocios y proyectos culturales.
Sus inquietudes en el campo del patrimonio arqueológico le han llevado a promover equipos especializados y a incorporar medios de trabajo científico que poco a poco ha logrado instalar en Irun, convertida en sede de actividad investigadora reconocida. Con Arkeolan, entidad que presidió desde 1997, ha podido llevar adelante proyectos de envergadura como la excavación del puerto romano (1992-2010), el estudio de las minas romanas (1983-2016), los trabajos urbanos en todo el territorio de Gipuzkoa, publicaciones especializadas, congresos, seminarios y un buen número de propuestas novedosas como el Festival Internacional de Cine Arqueológico del Bidasoa (2001-2016). En toda esta serie, sin embargo, destaca sobre manera la apuesta decidida por la creación del museo Oiasso, abierto al público en el año 2006.